Muy acertadas como siempre las palabras de nuestro Papa Francisco, les invito a leer estos consejos, meditarlos y ponerlos en práctica.
EL DECÁLOGO DEL
BUEN VIVIR DEL PAPA FRANCISCO
Vivir y dejar vivir, el primer
paso para la felicidad.
“Viví y dejá vivir, es el primer paso de la paz y la felicidad”. En el vídeo
publicado en la página del Clarín el Papa explica que los Romanos usan un dicho
que explica así: “Anda adelante y deja que la gente vaya adelante”.
Darse a los demás para no dejar
dormido el corazón. “Si
uno se estanca, corre el riesgo de ser egoísta” y “el agua escancada es la
primera que se corrompe”.
Moverse con humildad,
lentamente entre las personas y las situaciones. El Papa usa el término
“remansadamente” de un clásico de la literatura gaucha. "En ‘Don Segundo
Sombra hay una cosa muy linda, de alguien que relee su vida. El personaje dice
que de joven era un arroyo pedregoso que se llevaba por delante todo; que de
adulto era un río que andaba adelante y que en la vejez se sentía en movimiento,
pero lentamente remansado. Yo utilizaría esta imagen del poeta y novelista
Ricardo Güiraldes, ese último adjetivo, remansado. La capacidad de moverse con
benevolencia y humildad, el remanso de la vida” afirmó dirigiendo su
pensamiento a los ancianos que llevan “la sabiduría y la memoria del pueblo”.
Preservar el tiempo libre como
“una sana cultura del ocio”.
El Papa exhorta a disfrutar de la lectura, el arte y los juegos con los
‘chicos’. "El consumismo nos llevó a esa ansiedad de perder la sana cultura
del ocio” argumentó.
“Ahora
confieso poco, pero en Buenos Aires confesaba mucho y cuando venía una mamá
joven le preguntaba: '¿Cuántos hijos tenés? ¿Jugás con tus hijos?' Y era una
pregunta que no se esperaba, pero yo le decía que jugar con los chicos es
clave, es una cultura sana”. Es difícil, los padres se van a trabajar temprano
y vuelven a veces cuando sus hijos duermen, es difícil, pero hay que
hacerlo" comentó.
El domingo es para la familia. "El otro día, en
Campobasso (Italia), fui a una reunión entre el mundo de la universidad y el
mundo obrero, todos reclamaban el domingo no laborable. El domingo es para la
familia" sostuvo.
Ayudar de forma creativa a los
jóvenes a conseguir un empleo digno.
"Hay que ser creativos con esta franja. Si faltan oportunidades, caen en
la droga. Y está muy alto el índice de suicidios entre los jóvenes sin trabajo.
El otro día leí, pero no me fío porque no es un dato científico, que había 75
millones de jóvenes de 25 años para abajo desocupados. No alcanza con darles de
comer: hay que inventarles cursos de un año de plomero, electricista,
costurero. La dignidad te la da el llevar el pan a casa" dijo.
Cuidar la creación, amar la
naturaleza.
"Hay que cuidar la creación y no lo estamos haciendo. Es uno de los
desafíos más grandes que tenemos". Se asoma con insistencia la voluntad
del Papa de transmitir el valor de la ecología
probablemente el tema de la próxima encíclica del Papa.
Olvidarse pronto de lo malo que
afecta la vida.
"La necesidad de hablar mal del otro indica una baja autoestima, es decir:
yo me siento tan abajo que en vez de subir, bajo al otro. Olvidarse rápido de
lo negativo es sano".
Respetar el pensamiento de los
otros, sin proselitismo religioso. "Podemos
inquietar al otro desde el testimonio, para que ambos progresen en esa
comunicación, pero lo peor que puede haber es el proselitismo religioso, que
paraliza: 'Yo dialogo contigo para convencerte', no. Cada uno dialoga desde su
identidad. La Iglesia crece por atracción, no por proselitismo” manifestó.
Y buscar la paz es un
compromiso. El
último consejo del Pontífice es hacer de todo para buscar la paz ante los
conflictos armados que azotan varias regiones del mundo. "Estamos viviendo
en una época de mucha guerra. En África parecen guerras tribales, pero son algo
más. La guerra destruye. Y el clamor por la paz hay que gritarlo. La paz a
veces da la idea de quietud, pero nunca es quietud, siempre es una paz
activa" aseguró.
El
Santo Padre sostuvo que su nominación al Nobel de la Paz no forma parte de su
agenda pero confirmó que “todos tienen que estar comprometidos con el asunto de
la paz”. Sobre el premio aseguró: "Le digo la verdad. Nunca acepté
doctorados y esas cosas que ofrecen, sin despreciar. Ni se me ocurre pensar en
eso, y menos (se ríe) voy a pensar qué haría con esa plata, con toda
franqueza”.